La reunión de abril del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha concluido sin cambios en la política monetaria. En esta ocasión, el Guardián del euro ha decidido mantener estables los tipos de interés por quinta reunión consecutiva, manteniendo el precio del dinero en el 4,5%. Además, ha confirmado que la tasa de facilidad marginal de crédito se mantiene en el 4,75% y la de la facilidad de depósito en el 4%.
El centro de atención estaba puesto en la rueda de prensa del organismo, donde se esperaban pistas sobre futuros movimientos y recortes. A pesar de que la inflación en la eurozona se moderó en marzo, acercándose al objetivo del 2% buscado por el BCE, este ha mencionado que las presiones inflacionistas internas continúan siendo intensas.
En el comunicado oficial, el BCE ha destacado la posibilidad de reducir el nivel de restricción de la política monetaria si la evolución de los precios y la economía así lo permiten. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha mencionado que la política monetaria se determinará reunión por reunión, sin compromisos previos sobre la senda de tipos.
En cuanto a las expectativas de futuros movimientos, varios expertos coinciden en que el primer recorte de los tipos de interés podría producirse en la reunión de junio, seguido de otros recortes a lo largo del año. Sin embargo, también hay opiniones que sugieren un posible retraso hasta septiembre en las bajadas de los tipos, debido a la situación económica y la evolución del mercado.
En el mercado hipotecario, se observa un ligero respiro, con bancos de la eurozona aflojando sus exigencias para conceder nuevos préstamos a los hogares. Además, se espera una reactivación de la guerra hipotecaria a tipo fijo y una mejora en las condiciones de las ofertas. A pesar de una moderación en el euríbor, los expertos no prevén grandes descensos en el indicador este año.
En resumen, el BCE se encuentra en un momento de transición, evaluando diferentes escenarios y manteniendo la cautela frente a posibles recortes en los tipos de interés. La incertidumbre económica y las presiones inflacionistas internas son factores clave en las decisiones que tomará el organismo en los próximos meses.