Tras dos años seguidos de pérdidas, Sandra Ortega ha enderezado el rumbo de sus inversiones inmobiliarias. De hecho, la hija mayor de Amancio Ortega ha conseguido un superávit anual de 54,2 millones de euros gracias a sus negocios en el sector inmobiliario. La sociedad Ferrado Inmuebles, a través de la que gestiona sus inmuebles tanto en Europa como en Estados Unidos, tenía a 31 de diciembre de 2021 un patrimonio neto de 583,01 millones, casi 40 veces más que el año anterior.
La realidad es que Ortega está decidido a apostar por la piedra tras las jugadas realizadas durante el último ejercicio. De las cuentas facilitadas por la filial se desprende que la filial de Amancio realizó unas aportaciones a sus fondos propios por importe de 511,8 millones de euros. Movimientos que han impedido que la sociedad entre en liquidación por las elevadas pérdidas acumuladas.
La utilidad neta también muestra que lo peor del impacto de la pandemia en el negocio inmobiliario de Ortega ya pasó. Sin embargo, cabe recordar que Ferrado y sus filiales han tenido que tomar algunas medidas, como renegociar algunos de sus contratos de arrendamiento con terceros e incluso otorgar períodos de carencia a ciertos inquilinos. También en paralelo Ortega también presentó una denuncia contra su mánager José Leyte en los últimos veinte años por apropiación indebida, documentación incorrecta y administración desleal.
Una vez superados estos problemas se logrará la buena marcha del negocio inmobiliario y los dividendos que de él se derivan. 5% de participación en Inditex han permitido a Rosp Coruña, la sociedad a través de la que Ortega gestiona todas sus inversiones, registrar un beneficio después de impuestos récord de 241 millones de euros en 2021, frente a pérdidas de 91 millones en 2020.