El nuevo rumbo económico comienza con incertidumbre. Y una de las mayores preocupaciones es la inflación.
Los aumentos de precios en la zona euro alcanzaron un récord del 9,1% en agosto, y más de la mitad de los países que conforman la zona monetaria común registraron aumentos de dos dígitos. Uno de ellos es España, donde el IPC finalizó el octavo mes del año en el 10,4%.
Aunque el número se ha debilitado ligeramente en comparación con julio, hay uno Dato que preocupa mucho al mundo empresarial: el repunte de la inflación subyacente, que excluye elementos como la energía o los alimentos por ser los más volátiles. Según el INE, fue del 6,4% en agosto tras haber subido tres décimas y marcas más alto desde 1993.
Este repunte, que se está produciendo a medida que el IPC se debilita, es una señal de que en la economía se están produciendo los temidos «efectos de segunda ronda», ya que las subidas de precios se están transmitiendo a otros bienes de consumo, más allá de la energía o los alimentos, lo que podría provocar a la inflación estructural.
Y según los expertos La única forma de contrarrestar este escenario es a través de medidas fiscales, no de aumentos salariales o rebajas energéticas.
Los economistas cuestionaron al diario La meta Se recomiendan dos opciones al gobierno: desinflar el impuesto sobre la renta personalajustar el poder adquisitivo a los diferentes tramos impositivos; o aplicar recortes de impuestos directos. Medidas que tendrían un impacto positivo en las familias, especialmente en aquellas de bajos ingresos.
También dicen que con estos niveles de inflación El empobrecimiento de los hogares es inevitable y es un error adoptar políticas encaminadas a compensarlo mediante aumentos de ingresos, como la renovada subida del salario mínimo interprofesional (SMI). Sectores como la industria textil ya han advertido que no se espera un nuevo aumento.
También recuerdan que los aumentos salariales, por grandes que sean, no se mantendrán a la altura de los precios (que se prevé que aumenten alrededor del 8% para el conjunto del año) y crearían más problemas económicos. Por ejemplo, para alimentar aún más la espiral inflacionaria y ayudar a que se arraigue la escalada de precios.