Barcelona inicia una de las mayores transformaciones urbanísticas que tendrá lugar en la capital catalana. La ciudad comenzará la fase informativa en julio para que los vecinos del Eixample y la ciudadanía en general conozcan el alcance de las obras y el impacto que sufrirán con el inicio de la transformación del eje Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte Borrell en Superilla. La inversión se financiará en gran parte con los fondos Next Generation de la Unión Europea 52,7 millones de euros.
La campaña informativa, basada en una jornada informativa para vecinos y comercios de la Dreta y Esquerra del Eixample, continuará del 4 al 15 de julio con el despliegue de un grupo de informantes que visitará los comercios afectados para explicar el proyecto y resolver dudas . También se activará un canal de Telegram para solucionar los problemas que surjan e informar de posibles cambios en las obras.
Durante la última quincena de julio Comienza la primera fase de trabajo con los trabajos preparatorios para que en agosto se instale la piqueta, con la que se realizarán simultáneamente las intervenciones constructivas en los cuatro ejes.
En todas las calles se trabaja por la mitad para que no se ocupen en su totalidad. Siempre habrá uno de los dos lados, mar o montaña, libre de obras para garantizar el paso de vecinos, servicios y vehículos de emergencia.
durante la fase de construcción, la circulacion sera la misma que reinara en la superillalo que significa que no se podrán circular dos tramos seguidos en coche por los ejes verdes, se anulará la continuidad vial, en cada tramo se sacará el vehículo de la calzada.
Con el fin de perturbar lo menos posible la operativa comercial, se habilitarán 50 nuevos puntos de carga y descarga en las calles que cruzan los ejes Se suprimirán 270 nuevas plazas de aparcamiento para motos. El municipio se asegura de que los caminos creados para los peatones durante el período de intervención estén debidamente señalizados y claramente visibles.
Esta transformación en curso supone que gracias a la retirada de gran parte del asfalto se ganarán 58.000 m2 de espacio público, multiplicando por diez la zona verde, ya que el Eixample es uno de los barrios más densos y con menos vegetación de Barcelona.