El pasado 14 de junio finalizó el plazo de aceptación de la oferta pública de adquisición (OPA) por el 24% del capital de Metrovacesa. Poco más de un mes después, la cuota del promotor está un 5% por debajo de los 7,20 euros del mexicano Carlos Slim. Además, su problema de liquidez en bolsa se ha agravado tras la operación. Desde el final de la oferta, la contratación solo ha superado el millón de euros tres veces al día.
En la oferta, Slim más que triplicó su participación en Metrovacesa del 5,4% al 17,2%. Se perdió el objetivo final, pero las acciones que aceptaron la oferta son más que suficientes para reducir el «free float», una parte del capital que se negocia libremente en la bolsa de valores, a un nivel representativo. En este momento, Los cuatro principales accionistas de la promotora poseen algo más del 91% de las acciones.
Santander tiene el 49,3% de los títulos, BBVA el 20,8%, Carlos Slim el 17,2% y Quasar el 3,95%. A estas participaciones hay que sumar las participaciones mucho menores de otras gestoras, como la alemana DWS, que había comunicado al regulador paquetes de entre el 0,8% y el 1,1% del capital de Metrovacesa desde abril, o Norges Bank. En el mejor de los casos, el «free float» real no supera el 8% del capital social.
Con estas cartas sobre la mesa Metrovacesa es una acción menos atractiva para los inversores hoy en día. Su falta de liquidez hace más difícil y costosa la compra de valores en bolsa y, al mismo tiempo, dificulta el proceso de salida por falta de contrapartes. En este escenario, muchos pequeños inversores de la OPA han vendido, mientras que grandes inversores como BG Master Fund han salido por completo del capital de la promotora.
Los personajes son muy significativos. A partir de la finalización del plazo de aceptación de la oferta pública de adquisición, El volumen de contratación de Metrovacesa se desploma. Solo en las reuniones del 23 y 24 de junio superó el millón de euros diarios. Desde entonces, el mercado de valores se ha desplomado. En julio superó solo dos veces el medio millón de euros, alcanzando su punto más bajo el 15 de julio con un volumen mínimo de apenas 75.000 euros, lo que corresponde a algo más de 11.000 acciones negociadas.
A modo comparativo: En el mes anterior a la finalización del plazo de aceptación, los valores de Metrovacesa cambiaron de manos en un total de 19 reuniones por valor de 1 a 3,5 millones de euros. En defensa de la empresa, vale la pena señalar que el inicio del verano siempre trae consigo una caída importante en la contratación. Pero en cualquier caso, el derrumbe es de gran magnitud.
Esto es lógico si se considera que el free float ha caído de alrededor del 20 % a menos del 10 %. Pocos valores con una capitalización superior a los 1.000 millones de euros como Metrovacesa tienen menos acciones en libre circulación en el mercado. En plena OPA, los analistas de Bankinter recomendaron aceptar la oferta, argumentando que la compañía se volvería «muy ilíquida». Una previsión que ya se refleja en las cifras de contratación.
De hecho, la liquidez de Metrovacesa en bolsa ha venido cayendo de forma continuada desde su vuelta a bolsa en 2018. Acciones por valor de 640 millones de euros cambiaron de manos este año. El número se redujo a 272 millones en 2019, 74 en 2020 y tocó fondo en 2021 con 53 millones. Este año, la OPA y la continua entrada de fondos, apostando por una mejora de la oferta o la aparición de otro competidor, afectaron a la OPA y elevaron la contratación hasta los 134 millones.
Un valor moldeado por la OPA y por tanto insostenible a largo plazo, que tampoco pudo mantener el precio de oferta de 7,20 euros en bolsa. El final del período de aceptación de ofertas marcó el inicio de una caída, que ahora ronda el 6%. En julio, Metrovacesa cotiza en un rango muy estrecho entre 6,74 y 6,97 euros.