“La confianza en el mercado inmobiliario español es enorme”, afirma Víctor Pérez Arias, director general de ASG Homes, empresa que desarrolla proyectos residenciales en venta y alquiler. la firma mantiene su objetivo de entrega de viviendas para 2022 y volumen de inversión pese al actual contexto de incertidumbre macroeconómico Además, analiza la actividad en mercados en los que aún no está presente.
¿Cómo resumes la primera mitad del año?
La primera mitad del año fue agitada. Teníamos demasiadas condiciones en la industria, en el mundo y en la economía. La invasión de Rusia a Ucrania desestabilizó significativamente al mundo y marcó un antes y un después. Sin embargo, no ha parado de firmar cuotas o suscribir hipotecas. La confianza de los compradores en el mercado inmobiliario español es enorme. En todo esto diría que el mercado ha estado más que bien durante la primera mitad del año, lo que importa es lo que pase a partir de ahora.
A pesar de la incertidumbre, ¿se apegan a la meta de entregar las casas para 2022?
Sí, nos atenemos a la cifra de 900 viviendas y al volumen de inversión previsto. A pesar de la incertidumbre, no pretendemos abandonar ni congelar ningún proyecto. Es cierto que hemos tenido altibajos, principalmente por la huelga de transportes, que ha provocado un retraso de mes y medio. Este hecho puede dar lugar a retrasos en la entrega.
¿Analiza la actividad en mercados en los que aún no está presente?
Sí, tenemos un plan de inversión en ciudades de segundo volumen donde hay necesidad. Todo el mundo piensa en Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, pero hay ciudades como Benidorm o Marbella que tienen más de medio millón de habitantes buscando vivienda en alquiler y parece que no lo hemos tenido en cuenta.
¿En qué etapa se encuentra el proyecto Build to Rent con Sociedad Anónima Inmobiliaria Vascongada, la empresa de Azora?
Desarrollaremos más de 400 apartamentos. En estos momentos estamos en fase de construcción y estamos llegando a la fase 0 de construcción. Es una empresa de referencia en Sevilla, lo que demuestra que hay una gran demanda.
¿Persistirá el cambio impulsado por la pandemia en las preferencias de los compradores de vivienda?
Sí, lo vemos claro. Hay una caza por los espacios abiertos, por los patios, los espacios de coworking o el gimnasio. También hubo cambios en el diseño interior. La gente está buscando espacios abiertos en las casas.
Una de las mayores amenazas para el sector es el aumento de materiales de construcción ¿Afectará esto al precio final del producto?
Muy claro. Esta es una cadena. No se trata de un aumento puntual de los costes. Los precios de las materias primas han aumentado en todo el mundo y nos hemos dado cuenta de que somos extremadamente dependientes del mercado chino. Las rutas logísticas se han visto severamente afectadas por el aumento de costos y la competencia en la adquisición de materias primas. En 2022 veremos el efecto post-Covid. El nivel de producción cayó a un nivel mínimo y aún no se ha recuperado. Veremos una disminución en el costo de los materiales, pero los precios ya están fijados… es difícil que bajen un 30%. Si queremos seguir produciendo y entregando pisos, los aumentos de precio de los materiales se repercutirán al cliente final.
¿Cuánto podría subir el precio final?
Según donde esté el producto, hay más o menos competencia de costes. Los precios de la vivienda subirán ligeramente entre un 3% y un 5%. Las zonas más calientes podrían subir hasta un 6%. Es importante considerar el componente de demanda. En muchas áreas, con alta demanda y poca oferta, la tormenta perfecta regresa con costos crecientes y tensiones en la capacidad de entregar el producto terminado.
¿Te preocupa la escasez de personal?
No hay mano de obra cualificada en España. Es uno de los problemas que habíamos identificado antes del estallido de la pandemia de coronavirus. Hace 10 y 12 años pudimos importar trabajadores porque entonces los salarios eran muy altos. Ahora no podemos y la gente se va a otras partes de Europa donde pagan mejor. Ahora hay que mirar a los países del norte de África o de América del Sur que también están calificados, pero necesita una política migratoria global. Además, España todavía tiene mucho que hacer para ponerse al día en términos de formación profesional.
¿Podría la falta de mano de obra calificada retrasar los proyectos?
Definitivo. Es una de nuestras mayores preocupaciones, incluso mayor que la subida del precio de los materiales de construcción. Otra preocupación es la grave desestabilización geopolítica debida a la guerra entre Rusia y Ucrania y la guerra comercial con China. Asistimos a una transición geopolítica importante en la que España no tiene un peso significativo y podemos ser víctimas de cualquier cosa que suceda en una guerra comercial entre las dos grandes potencias.
¿Podría la acción legislativa del gobierno para limitar los aumentos de alquiler al 2 % afectar la inversión en construcción para alquilar?
Sin duda. Tenemos que ser conscientes de que el capital que mueve el sector privado del alquiler son los grandes fondos y los inversores. Cualquier cosa que sea una legislación muy defensiva y de largo plazo seguramente hará que el interés de los inversores retroceda. Lo único que puede equilibrar el mercado es la producción de viviendas. Facilitar el acceso a la vivienda a los grupos más vulnerables solo puede lograrse a través de políticas patrocinadas por el gobierno. La política actual en España de venta de vivienda social, que permite inhabilitarlas 15 años después, no es política.
¿Es la vivienda ahora más que nunca un valor refugio?
Yo diría que sí Es un valor de refugio en esos momentos de incertidumbre macroeconómica en los que el capital suele buscar refugio. De momento vemos que el inversor español está huyendo hacia la construcción de viviendas. El atractivo de las primeras y segundas viviendas es sorprendente. Y los bancos tienen mucha fe en los inmuebles residenciales, la prueba es que están regalando el 55% o el 60% del valor del inmueble.