La factura energética ha recibido especial atención para los hogares en los últimos meses debido al incremento de los precios. Según estimaciones del Green Building Council España (GBCe) Reformar por completo una vivienda supone un ahorro medio del 60% en la factura energética familiar. “Con una inversión similar al precio de un coche, entre 20.000 y 50.000 euros, amortizable en 15 años y con subvenciones que pueden llegar hasta los 18.800 euros, se puede transformar una casa energéticamente ineficiente en otra que consuma poco o incluso produzca positivo energía”, confirma Emilio Miguel Mitre, experto del GBCe y coordinador del proyecto AÚNA.
El uso de energías renovables a nivel local, como la fotovoltaica o la geotermia, es la clave para no depender de las fluctuaciones de precios, sobre todo en un escenario como el actual, donde el precio del gas se ha triplicado muchas veces entre abril y septiembre , cuando los costes de la electricidad van en aumento se han duplicado y en los que el valor del gasóleo continúa sin llegar a un límite superior. “La rehabilitación integral de viviendas es el camino para aumentar la autonomía energética de las familias”, afirma Mitre.
Por eso, Si una casa está bien aislada, basta con ajustar la calefacción a 18 grados para mantener el confort durante la mayoría de las franjas térmicas del año. Por el contrario, bajar la calefacción en una casa mal aislada puede hacer bajar la temperatura ocho grados. “La resiliencia energética de un país se indica por la cantidad de horas al año que sus edificios están cómodos sin tocar la perilla del aire o de la calefacción, entonces si ese fuera el 90% tendríamos un país con soberanía energética casi total”, explica Mitre.
un parque envejecido
El 40% del consumo de energía proviene de los edificios, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) recogidos en el Informe País del GBCe. El parque de viviendas en nuestro país está envejeciendo” y más del 80% de los edificios y viviendas están recibiendo calificación energética Y, F o GRAMOlo que equivale a ineficiencia”, destaca Dolores Huerta, directora general del GBCe. Más de la mitad de los edificios se construyeron antes de la entrada en vigor de la Norma Básica de la Edificación de 1979, que fue el primer intento de mejorar las envolventes de los edificios y hacerlos más eficientes en términos de la demanda de energía.
Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando se introdujo la primera regulación seria sobre eficiencia energética con el Código Técnico de la Edificación. Esto significa que el 43,9% de las viviendas construidas entre 1980 y 2007 tienen algún aislamiento., pero aún lejos de los valores requeridos actualmente. “Ante estos datos, no es de extrañar que de los más de 4,5 millones de edificios que cuentan con Certificado de Eficiencia Energética (CEE) en España, solo 13.000 dispongan de carta A o la certificación energética de máxima eficiencia”, subraya Huerta. La falta de aislamiento es una de las principales causas de la ineficiencia energética, que también está ligada a la antigüedad de los marcos de puertas y ventanas y las calderas de carbón, gas o gasóleo.