Seis de cada diez personas en España son propietarios o copropietarios de una vivienda. El uso más extendido de estos inmuebles es el de vivienda habitual, pero también es posible el uso como segunda residencia o el alquiler de los pisos. Sin embargo, según los datos del análisis, el 4% de las propiedades en todo el país están desocupadas. Casas vacías en España por Fotocasa Research. Centrándonos en los principales mercados, la Comunidad Valenciana en concreto es la región con más viviendas libres de España El 5% de los propietarios valencianos tiene una casa sin usar.
Segunda comunidad autónoma con mayor proporción de viviendas vacío del dueño es Andalucía donde se levanta 4%. Según Fotocasa, el 2,8% de los inmuebles en Cataluña están desocupados. Este porcentaje es similar al de la Comunidad de Madrid, que es la región con menor porcentaje de viviendas desocupadas por propietario con un 2,4%.
“Aunque la cifra del 4% no resolvería el problema de desabastecimiento en el mercado, Sería una opción de mejora en determinadas zonas estresadas y también para evitar que desaparezca la oferta existente. Por tanto, las administraciones públicas deben tomar medidas que motiven a los propietarios, que promuevan un clima de seguridad y estabilidad, para que ofrezcan las viviendas que no utilizan”, señala María Matos, líder del estudio y portavoz de Fotocasa.
¿Por qué están vacíos?
El hecho de que la casa esté vacía puede ser un hecho puntual. En este sentido, lo más común ha estado a la venta por menos de un año (17%) y el propietario todavía está tratando de venderlo. Por otro lado, el 16% de los propietarios afirma que actualmente tiene una casa desocupada porque no puede venderla o alquilarla porque necesita reforma. Otro 16% dice que deja la casa sin usar porque está esperando que un amigo o familiar se mude pronto.
Aunque el porcentaje es minoritario, los dueños de viviendas desocupadas aseguran que “Tienen preocupaciones o temores que les impiden poner estas casas en el mercado. Sus pesadillas van desde que los inquilinos no les paguen hasta el abuso en el hogar y la pérdida. Por eso prefieren mantenerlos vacíos. Abogan por más seguridad jurídica que les proteja en caso de impago o desistimiento, ven los incentivos fiscales y las ayudas a la reestructuración como medidas que les ayudarían a poner su propia vivienda en el mercado, y ven más inquietante y disuasoria la política punitiva inversionistas potenciales», enfatiza Matos.